Investigando entre libros, conferencias, vídeos e internet me encontré con un término que me llamó bastante la atención, y creo que en este siguiente post se debería conocer, al menos, porque es algo que actualmente afecta directamente a muchos países.
“Pro-Poor Tourism” o “PPT”, o mejor dicho, turismo en favor de los pobres (traducido literalmente) fue un término acuñado en la década de los 90 y que ha ido ganando terreno como herramienta de cooperación internacional.
Ante la necesidad de crear instrumentos que permitiesen gestionar esta cooperación, fueron surgiendo diversos métodos.
De acuerdo con muchos autores, el principal objetivo del PPT es el incremento de los ingresos de los sectores más desfavorecidos de la población, aunque estas ganancias sean marginales y otros acaparen la mayor parte de los beneficios de la actividad. En principio se considera como una eficiente herramienta para reducir la pobreza.
No obstante, este tipo de turismo ha generado controversias. Precisamente el objetivo de este turismo ha sido criticado al considerarse un término “vago” a la hora de describirlo, ya que las personas no dependen solamente de los ingresos, sino del entorno social (términos relativos del concepto y no absolutos).
El aumento de las diferencias sociales, económicas, culturales… es decir, una distribución no equitativa de los beneficios, no sólo económicos, sino de otros tipos, implica empobrecimiento a largo plazo. Esto es debido a que pocos individuos son quienes obtienen los beneficios que les conlleva a aumentar su poder económico y, por tanto, político.
Un efecto “negativo” (externalidad negativa) provocado de forma natural por la llegada masiva de turistas, si dejamos a la mano invisible del mercado actuar y no ser regulado por el Estado (mano visible), al menos en parte, es el aumento excesivo del IPC que presiona a encarecer la cesta de bienes y servicios locales. Por ello, debemos ser “responsables” a la hora de asignar los recursos a nuestros habitantes de la zona turística y no solamente intentar generar beneficios a corto plazo.
El turismo del lugar debe ser de calidad, pero también debe ser capaz de coexistir con los ciudadanos de ese territorio, generando empleo, condiciones laborales adecuadas, respeto del ecosistema… está claro que la concentración de riqueza no es saludable al generar graves consecuencias sociales.
Mi conclusión al realizar una lectura exhaustiva, que a su vez generó en mi mente otro millón de preguntas, es que si somos responsables y sabemos gestionar adecuadamente entre empresas, Estado y ciudadanos nuestros bienes y servicios, podemos llegar a crecer y realmente ser sostenibles como destino turístico. El turismo responsable considera que tanto el impacto sobre recursos naturales, como sobre valores culturales y los efectos sobre la economía de la población local aumentan el desarrollo de proyectos a largo plazo que son sostenibles y generan beneficios para la población local.
Además, se realiza un aprendizaje para el turista-consumidor, comprometiéndose tanto a conservar como a promocionar, ya que el “tipo de turismo” creado por nosotros atiende a las necesidades de los turistas actuales y de las regiones receptoras, y al mismo tiempo protege y fomenta las oportunidades para el futuro que generarán externalidades positivas, tanto para turistas como para la población local.
Y vosotros, ¿qué opináis sobre el tema?
sonandoconelmundo 
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